Este curso, el alumnado de 3º ESO de Diversificación ha iniciado un ilusionante proyecto interdisciplinar: la creación y desarrollo de un huerto escolar. A través de esta experiencia práctica, trabajamos de manera conjunta contenidos de diversas materias, reforzando habilidades tan importantes como la planificación, el trabajo en equipo, la responsabilidad y el compromiso con el medio ambiente.
La primera fase del proyecto ha comenzado con el estudio teórico de las plantas, analizando sus ciclos de vida y las necesidades específicas de cada especie. Hemos elaborado un calendario de plantado, imprescindible para organizar de manera eficiente los cultivos a lo largo de las estaciones, y hemos diseñado un plan anual que nos ha servido de guía para distribuir las distintas tareas.
Posteriormente, nos hemos puesto manos a la obra con la preparación del terreno: hemos limpiado la zona, delimitado los espacios de cultivo, levantado una valla de protección y colocado cartelería. Además, hemos construido una compostera con materiales reciclados, en la que gestionamos los restos orgánicos para obtener abono natural que nutra nuestros cultivos de manera sostenible. También hemos incorporado una vermicompostera con lombrices, que nos permite aprovechar aún mejor los residuos orgánicos y enriquecer la tierra con humus de alta calidad.
Otro aspecto esencial ha sido la planificación del sistema de riego, asegurándonos de que cada planta reciba la cantidad de agua necesaria, que tenemos en marcha.
En el invernadero, los alumnos/as han sembrado una gran variedad de semillas que han ido germinando con éxito. En el huerto al aire libre, hemos plantado cultivos de temporada como habas, ajos, zanahorias, guisantes, lechugas y rábanos, junto a diversas plantas aromáticas y flores que no solo embellecen el entorno, sino que también favorecen la biodiversidad y protegen nuestros cultivos de plagas.
Este proyecto no solo busca acercar al alumnado a la naturaleza y al conocimiento práctico de los procesos agrícolas, sino también fomentar en ellos valores fundamentales como la perseverancia, la cooperación y el respeto por el entorno.
Seguiremos trabajando y aprendiendo a lo largo del curso, observando la evolución de nuestro huerto y adaptándonos a las necesidades que vayan surgiendo, siempre con el entusiasmo y el compromiso que el alumnado ha demostrado desde el primer día.


























